Nombre:
Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 20 de octubre de 2011

Transparencias

Por Alfredo Ferrarassi
La tarea de interpretar lo que sucede en la comunidad suele ser una empresa de no fácil solución, sobre todo cuando existen una serie de conceptos los cuales produce escozor en la sociedad, que está cansada del manoseo que ciertos estamentos políticos que nunca pudieron pensar acciones en beneficio del pueblo si antes no les dejaba a ellos un rédito personal.
En este sentido el vecino de La Falda o diría que cualquier lugar de esta Argentina reaccionaría de idéntica manera ante el aumento de los sueldos de la administración publica, máxime cuando hay una serie de carencia sociales que rayan en lo inimaginable y que ahondan cada vez más la brecha entre ricos y pobres, o entre incluidos y excluidos, entre ciudadanos condenados de por vida a vivir al margen de cualquier beneficio social.

Nos hemos propuesto escuchar a los vecinos en sus quejas, a sentir los reclamos y exigencias, porque de ello se trata cuando se quiere interpretar el pulso de los habitantes de nuestra ciudad. Seguramente algunas conclusiones no serán del agrado de muchos, otras serán compartidas, pero lo que con ellas tratamos de lograr es poder comprender lo que está sucediendo en esta complejísima realidad que nos toca vivir.
Alguien ha criticado el uso del término priismo para definir este proceso de concentración política que está sucediendo en nuestro país. Descripción, por otro lado, a la cual han hecho referencia pensadores como Beatriz Sarlo o Ricardo Cárpena en las páginas de La Nación y son coincidentes con nuestra postura, aunque ambas notas fueran posteriores a la nota que escribiéramos en el Ecos.

Hoy ya nadie puede discutir que estamos en la antesala de una crisis, para la cual no estamos preparados y mucho menos blindados. Hoy querer negar la inflación existente es cuando menos un acto de ceguera política o si prefiere de obsecuencia desmedida, que no podrá mantenerse por mucho tiempo más.
La endeblez económica que tenemos nos convierte en Brasil dependientes y nuestra suerte está ligada a lo que ellos puedan generar respecto a este desequilibrio del capitalismo mundial. Con ello no pretendemos ser alarmistas sino realista por más dura y cruel que esta sea, ya que si llevamos adelante la actitud del avestruz de esconder la cabeza para no ver la realidad estaremos más vulnerables que nunca cuando aquella se instale de manera inexorable.
Estas apreciaciones han sido formuladas puesto que seguramente no faltarán quienes desaprueben los argumentos que abordaremos en esta. Es necesario también resaltar que ellos estarán enmarcados en la mayor imparcialidad y la objetividad posible, para que la apostura sea fundamentalmente creíble.
En efecto, apelando a aquellos principios de la máxima de Goebbels...”miente, miente que algo quedará” se han puesto en marcha una serie de argumentos para desprestigiar el nuevo gobierno local. Sin dudas el aumento de sueldo en tratamiento será el disparador de opiniones que cuestionan el mismo, sin embargo se olvidan aclarar una serie de tópicos que hacen que esta medida tenga otra explicación, con la cual la situación cambia totalmente y se hace comprensible dicha decisión.
Veamos, resultaría muchísimo más fácil y con menos costo político haber continuado con el anterior sistema de compensar el retraso salarial de la administración pública local apelando a los gastos reservados o a pasar facturas con excentricidades, como por ejemplo el pago de comidas con vinos de lujo, justificando ese gasto con la pueril explicación que todos conocen el origen social al cual el patafísico pertenecía y que por lo tanto no debía limitarse en sus nivel porque su estándar de vida era un derecho adquirido al que nadie debía cuestionar.
Con la actualización salarial lo que se pretende es transparentar una situación que tenía ribetes demagógicos, puesto que por un lado se rasgaban las investiduras apelando al golpe bajo del cobro de sueldos modestos, cuando en realidad lo que por todo concepto se disponía era superlativamente superior a lo que ahora puede percibir el intendente.
Lo que debemos tener en claro es si preferimos una actitud ética de realizar un ajuste regularizando el desfasaje que se observaba o continuar apelando demagógicamente a otros recursos para compensar aquel retraso y jugarla de chico bueno y desprendido, ya que si sumamos esos “conformados” lo que en realidad costaba al pueblo de La Falda el puesto de Intendente era muy superior a lo actual.
Si bien esta situación podría no ser ilegal, lo que si estamos seguros que no es ética, aunque a la hora de vender “espejitos de colores” se suele apelar a los más variados y descabellados argumentos.
Un preocupado vecino nos manifestó que debería haber más cintura política a la hora de informar y fundamentar medidas como estas, ya que se deja la iniciativa y la crítica a los sectores que antes hacían diferencias sustanciosas con el marquismo y hoy al carecer de aquellos beneficios son los primeros en denostar al nuevo gobierno por los privilegios perdidos. En este sentido estimamos que el atribulado faldense tiene razón puesto que la información es clave a la hora de hacer conocer las razones de ciertas medidas y de los logros que se van obteniendo en la gestión.
La experiencia en las luchas docentes por un sueldo digno, nos hizo acordar de aquellos que jamás adherían a una huelga porque no era “digno” de quien ejercía el magisterio y quienes cargábamos con los descuentos por la lucha era siempre el mismo sector, sin embargo cuando las medidas daban sus frutos todos disfrutaban de los beneficios del aumento de salarios.
Con aquella experiencia me pregunto ¿si algún funcionario está en desacuerdo con el aumento en sus dietas, no sería más coherente renunciar a percibir la diferencia o donarla a una institución de bien público? Si esto fuera así creo que tendrían la aprobación de toda la comunidad faldense y serían un ejemplo a imitar por el alto valor moral y la altruista de la acción. En caso contrario, no sería más que una postura tanto o más reproblable que lo que se quiere cuestionar por todo lo que encierra el doble discurso esgrimido.
Les proponemos a quienes cuestionan la medida salarial, que comparen los gastos que pasó el Intendente por su reciente viaje a Buenos Aires con los que pasaba por igual tarea el ex intendente y si encuentran similitud en los montos, seré el primero en reconocer mi error de información. Claro está que los mismo no pueden ser a valores históricos puesto que hay una inflación oculta y una actualización de las tarifas que no pueden ser soslayadas, pero si aún sin esa “puesta al día” los montos fueran similares, a pesar del tiempo transcurrido, quedará en claro que una cosa es realizar gestiones y otra es gestionar realizando mini vacaciones pagas.

La sociedad necesita mensajes claros y transparentes que acompañen la acción que se lleva adelante, porque es necesario recuperar la participación popular, la militancia de la juventud, el compromiso social, ya que lo que vendrá demandará el esfuerzo y la intervención de todos para superar una de más difíciles encrucijadas en las que se hallará el pueblo argentino.

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