Per Saltum…al vacio (*)

Por Alfredo Ferrarassi

Los pocos más de dos meses y medio que faltan para terminar el mandato del actual intendente son un real salto al vacío, ya que las cosas que viene haciendo son realmente inexplicables y hasta rayanas con el marco que la lógica aconseja, no solo para cerrar una etapa que electoralmente le resultó adversa y en la cual ellos creían, encuestas mediantes, les sería muy propicia, sino porque es el candidato a legislador por Punilla y de continuar así lo hará en medio de una crisis en su propio terruño que no le dará ningún beneficio y que le restará votos en el resto del departamento. Por lo tanto las actitudes que se observan son más parte de una tilingada de una adolescencia tardía que de sobrio último acto de un maduro dirigente político.
El propio ministro Carlos Caserio reconoció que pensaban en la veracidad de aquello que las encuestas trasmitían y que el comicio se “polarizaría” entre tres partidos, lo cual con solo caminar la calle se percibía era más una fantasía electoral que una realidad cotidiana y por lo tanto la preferencia se volcó por la opción que representaba el cambio y la esperanza, las dos fuerzas restantes sufrieron un durísimo revés, al grado que después del “Vilcapugio y Ayohuma” faldense, una de ellas repitió el duro camino en Río Ceballos, con lo cual el significado en quichua de la segunda de las batallas ha resultado como una sentencia bíblica…”cabeza de muerto” (político).
En el gobierno del “terco patafísico” ha sido una sucesión de situaciones inexplicables, de repetición de errores, de conductas desaconsejables, de falta de un genuino diálogo entre vecinos y gobierno y así como ha sido el gobierno que inauguró los cortes de ruta en La Falda, único merito destacable de proyección nacional de su gestión, hoy cierra su ciclo con un llamado a la desobediencia civil, ya en la práctica es eso lo que significa la convocatoria a estacionar sobre una de las manos de la Avenida Edén desoyendo la recientemente ratificada prohibición por parte de los comerciantes que han dicho basta de tanta soberbia absurda y de proyectos que solo perjudican al atribulado vecino del centro que con esfuerzo y sacrificio es el que le da un perfil distintivo a la localidad.
Pocos intendentes en Argentina pueden darse el lujo de generar este tipo de resistencias en plena campaña, ya que absolutamente nada garantiza que el último acto de una puesta en escena dramática, como ha sido su administración, pueda tener un “the end” feliz con semejante desarrollo truculento.
Otra de las consecuencias de esta remodelación ha sido la enorme ingesta de Actimel que ha tenido la Edén, lo cual ha traído la eliminación del tránsito lento, por ello resulta casi suicida pretender cruzar la calle por el ritmo sostenido y veloz que presenta, no solo no hay espacio para el estacionamiento de discapacitados, sino que éstos, ancianos y niños, sin olvidar el resto de la población, deben esperar largos minutos para el milagro que alguna blonda inspectora se digne llevarse el pito a la boca para que al igual que las aguas del Mar Rojo se abran y el pueblo pueda cruzar sin riesgo alguno.
La Tribuno Nora Piaggio se quejaba amargamente que solicita por las vías correspondientes documentación, informes o explicaciones sobre, por ejemplo el consumo de pollos en el Hospital de La Falda y jamás ha podido contar con dicha información la cual es vital para la tarea que un miembro del Tribunal de Cuentas que desee hacer su labor a conciencia como corresponden a tan importante función. Pero las quejas no quedan en este hecho puntual ya que por ejemplo la tala despiadada de eucaliptus en la diagonal que lleva su nombre en referencia a esta especie, también ofrece una serie de dudas, ya que ¿no hay otra vía alternativa para llevar el gas natural que no sea destruir la naturaleza?
Las dudas son muchas, primero por el precio de las extracciones de los mismos y segundo, porque a dónde va la madera de tan añosos árboles que bien es sabido es muy apreciada y en el caso de que el arreglo sea que la misma quede para quien los voltea, no se estaría pagando un costo demasiado alto por tal operación, lo cual llevaría necesariamente al llamado a concurso de precios para la tarea.
A todo esto nos preguntamos ¿dónde están los ecologistas? , porque no sólo caen ejemplares que llaman la atención por su belleza, sino que han dado a la parte este de La Falda uno de sus perfiles determinantes y que tienen a la hora de evaluar la defensa de la naturaleza tanto valor como impugnar la finalización del camino al Cuadrado, si es que el cuidado de la “pacha” es igualitario paro todos, tal como suponemos debe ocurrir, ya que en caso contrario estaríamos dando más valor a ciertas situaciones sobre otras.
Este salto hacia el vacio que está dando el gobierno queda patentizado también en el Festival de Tango, el cual presenta una programación muy devaluada y que tira por la borda el esfuerzo que hizo el pueblo de La Falda con los impuestos todos estos años. Aquí lo que ha primado es el capricho del secretario de Turismo que en lugar de continuar con lo que tanto costó, toma revancha con el contribuyente imaginando que sin él sólo habrá fracaso del mismo en las futuras ediciones.
No debemos olvidar que el Festival nació no por un rapto de genialidad de un funcionario, sino por el esfuerzo de una serie de vecinos que puso el lomo todos los veranos durante el mismo y esto sin olvidar todo lo previo, entre lo cual estuvieron viajes que en las primeras ediciones se pagaron del propio bolsillo de los integrantes de la comisión para entablar contactos y contrataciones, así se consolidó el mismo y el fracaso devino cuando estos principios fueron dejados de lado.
Lo que resulta inentendible es el empecinamiento en terminar el periodo de la peor manera posible, enfrentándose con todos por no aceptar que la realidad los vecinos la pueden ver de manera distinta que ellos y que tratar de dialogar, en especial cuando se está a escasos 80 días de marcharse es un signo de madurez, todo lo contrario suena más a una autoinmolación vaya a saber en aras de que ideal.
El tema de los nombramientos de empleados ligados al poder de manera estrecha es otros de los puntos totalmente evitables de esta administración. En efecto, en ciertos casos es un derecho indiscutible que quienes han trabajado largos años como contratados aspiren a tener una estabilidad laboral, pero es totalmente descabellado pretender que familiares de funcionarios, por ejemplo la esposa del Secretario de Turismo u otros punteros políticos piensen ser efectivizados, ya que ellos han sido personal político con un vencimiento a término en sus tareas.
Lo que pretende el actual gobierno es dejar un símil caballo de Troya que tendrá la tarea de ser esa “quinta columna”, a la que tanto apelaron los jesuitas a lo largo de la historia, para desde adentro “abrir” las puertas para producir lo que aquellos guerreros griegos lograron, será en definitiva la Odisea que se le haga pagar a Arduh por haberse atrevido a desairar a la graciosa majestad sestopálica triunfando.
Lo que olvida el intendente es que entre Pedro J. Frías y su breve sucesor, Lulio Torres, pretendieron dejar un verdadero ejército de trabajadores de filiación demócrata para que desestabilizara al triunfante Amadeo Sabattini, pero éste ante el hecho consumado de un decreto de nombramiento en masa lo que hizo al asumir fue lisa y llanamente la derogación de semejante “mamotreto” jurídico. Hubo quejas y debates sobre la validez, pero la medida terminó imponiéndose y desde entonces, si bien es una práctica a la que suelen apelar aquellos que adhieren al nepotismo, como parece ser este caso, es la sensatez la que termina por imponerse ante tal anti ética práctica.
En un número anterior hicimos una mención de como solo una letra puede cambiar un término, así del “bolidismo” al “boludismo” la diferencia era alfabéticamente mínima, pero conceptualmente enorme y esto es lo que le pasa al actual intendente que creyendo “refundar” la ciudad la termina de “refundir” con la deuda monetaria y ahora con estas medidas laborales que pretende legarnos.

(*) Se cita para indicar que ha llegado a una posición sin haber pasado por los puestos o grados inferiores al orden establecido.