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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Sestopal vetó la retroactividad de la modificación de los aforos para no devolver lo cobrado

Una de Alí Baba

A pesar que ediles y funcionarios del oficialismo admitieron errores y desprolijidades en la sanción de la Tarifaría 2008 que impuso un incremento de entre el 900 y 1.000 por ciento para el cobro de aprobación de planos, que tuvieron que escuchar que los profesionales les dijeran que lo aprobado originalmente era un mamarracho y que la modificación lo era aún más, el Intendente Marcos Sestopal vetó la retroactividad para quedarse con los dineros que pagaron los vecinos entre enero y noviembre. Como es habitual perjudicó al que cumplió y premió al que decidió no pagar.

Y, si, podría decirse que Alí Baba era un gil, tenía demasiados ladrones con los cuales repartir sus botines y ni se le ocurrió participar de la política para cometer barbaridades y mostrarse impune, en base a falsas interpretaciones, de sus nefastas acciones y decisiones.

Cómo calificar esta errada decisión del Intendente Marcos Sestopal que, por lo pronto, pretende apropiarse de los dineros que injustamente les fueran cobrados a los vecinos por la aprobación de planos entre el 1 de enero y el 30 de octubre de 2008.
Tener la suerte de haber seguido los hechos nos pone frente a un accionar que, cuando menos, debe calificarse como nefasto para el sistema democrático y para los intereses de los vecinos. Este Intendente está llegando a los extremos de lo soportable, porque los faldenses pueden entender que el es “un poco caprichoso”, que dice ser un trasgresor de la política, que en gran medida se reconoce su impronta para manejar la administración pública como si fueran sus dineros propios, que todos ya nos hemos acostumbrado a soportar su ignorancia política, legal y funcional, pero ha comenzado a extralimitarse y por ende a mostrar necedad.
Vamos a los acontecimientos. El vecino Pedro Nuñez hace pública la denuncia en que considera como exorbitante el incremento acordado a los aforos por aprobación de planos que se introdujeron en la Tarifaría 2008 y que rondaban entre el 900 y 1.000 por ciento (es de recordar que el proyecto no fue debatido en Audiencia Pública y que fue aprobado sólo por el oficialismo en ausencia de la oposición). La bancada de la minoría lleva el tema a tratamiento del Concejo Deliberante, en el debate los ediles oficialistas admiten la existencia de “errores” y se deciden por la modificación, la que es aprobada en primera lectura y llevada a Audiencia Pública, donde los profesionales les hicieron notar que la Ordenanza en vigencia era un mamarracho y que la modificación que se pretendía concretar estaba aún más errada. Cabe consignar que de ese debate participó el autor del incremento, nos referimos al Secretario de Economía y Hacienda Jorge Pafundo, quién admitió en la oportunidad que la Ordenanza en vigencia presentaba “algunas desprolijidades”, sin embargo aún así habían aprobado unos 200 planos y percibido los montos correspondientes. Cuando se le hizo notar que a cualquiera que reconociese una desprolijidad se le hubiese ocurrido no cobrar hasta tanto se resolviera la situación de duda o injusticia, respondió que no lo había interpretado de esa manera y que sólo les había sugerido a los vecinos que si querían esperar, para hacer efectiva la gabela, podían hacerlo. Vaya, con la responsabilidad del funcionario ante los vecinos que le pagan su sueldo.
Con esta situación se llegó a la segunda lectura donde el Bloque de la minoría consigue introducir y aprobar la retroactividad al 1 de enero y de esa manera beneficiar a quienes cumplieron con sus obligaciones.
Pero esto no llega a concretarse y es de suma importancia seguir los pasos que se dieron: el lunes de la semana pasada el Secretario del Legislativo Juan Domingo Palacios deja en el bloque de la minoría un texto que incluía el 95 por ciento de lo aprobado (que es el que se publicó en la edición anterior de Ecos de Punilla y sirve como prueba) el faltante estaba relacionado con la retroactividad y la concejal Ana Nieto solicitó aclaración y que se le eleve el texto completo de la modificación aprobada, el miércoles recibe a través de Palacios un nuevo texto parcial al que se le había agregado en la modificación del artículo 96 el inciso “1.8 Se reconocerá en forma de nota de crédito a aplicar sobre la tasa de servicios a la propiedad de la parcela que corresponde el aforo en cuestión, la diferencia entre lo abonado y el valor resultante del cálculo según lo determinado en este mismo artículo. Este beneficio deberá ser expresamente solicitado por el titular de la parcela, y los valores en todos los casos serán sin intereses, compensación, ni ningún otro tipo de resarcimiento”.
Cuando se informó del arribo del escrito y sus alcances, el chascarrillo para Nieto fue “Te hicieron una modificación única y exclusivamente para vos” ( las risas atronaron en el ámbito), en función de que nada tenía que ver con erl texto que se había aprobado en la sesión. Pero, nada había más real que aquel chiste, ya que al inicio de la sesión ordinaria del Concejo Deliberante se encontraron con que el Intendente vetaba la retroactividad introducida en el Artículo 96 modificado de la Contribución por Servicios Relativos a la Construcción de Obras Privadas interpretando que la sanción de la ley “no debe ser retroactiva” porque se afectaban “derechos constitucionales” del municipio al exigir la devolución de lo cobrado entre enero y octubre.
El intendente olvido que los alcances retroactivos de una ley se imponen sólo con su mención en el documento aprobado y que no existe derecho para aquel que sanciona, menos aún cuando sus propios concejales y funcionarios han admitido “errores” y/o “desprolijidades”, razones que impusieron la apertura del proceso de modificación.
Es obvio que el Intendente carece del sentido de apreciación de lo justo y es por eso que premia a aquellos que escucharon la recomendación de “esperar” de Pafundo o que decidieron clara y concretamente no pagar y perjudica a aquellos que prefirieron cumplir la ley plagada de “errores” y/o “desprolijidades” sancionada por los funcionarios y ediles que admitieron las falencias, al tiempo que agrava la situación al abrir la lógica sospecha de que si no hubo algunos a los cuales se les anticipó que no pagaran porque los costos iban a tener variación, los que de acuerdo a lo que se señaló en la Audiencia Pública no serían pocos, ya que se manifestó que se trataría de unos 60 a 70 planos a aprobar .
Es obvio que a los vecinos, que por necesidad o apego a la ley pagaron, se los toma para la joda. Como ya se burlaban cuando sostenían que reconocerían la diferencia de lo abonado si era solicitado por el titular de la parcela y sin ningún tipo de interés, compensación o resarcimiento. Resulta, cuando menos, ofuscador que una autoridad esté reconociendo un error, pero al mismo tiempo esté imponiendo que la situación se resuelva de acuerdo a como él dispone, sumando a ello que exige que el vecino se entere y actúe, cuando todos conocemos que esta gestión carece absolutamente de intenciones de informar y que, es más, lo que pretende es ocultar, y en este caso no devolver el dinero porque de haber considerado esa situación lo lógico era que el municipio le enviara la nota de crédito correspondiente, solicitando las disculpas por los inconvenientes ocasionados.
Es obvio que la forma en que venían actuando ya era un abuso, ahora, vetar después de reconocer “error” y quedarse con los dineros que produjo ese “error” es una de Alí Baba que parece haberse instalado en Automóvil Club Argentino 32 de la Ciudad de La Falda.

N.H.

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