Nombre:
Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 14 de agosto de 2008

Políticas públicas culturales y turísticas – II parte -

Damos continuidad al informe elevado por el Consejo de la Ciudad al Poder Ejecutivo Municipal con el objeto de que sea considerada la opinión de los vecinos y se la incluya en las políticas a desarrollar en las áreas involucradas. Cabe destacar que el intendente Marcos Sestopal manifestó su desacuerdo con algunos de los planteos que aquí se expresan.

Mesa de trabajo

Las siguientes son las conclusiones a las que arribaron los distintos grupos de trabajo, conformados por los ciudadanos que asistieron a la convocatoria: Coincidente con la manifestación de la pérdida de la identidad histórica, se marca un cambio entre el turismo tradicional de La Falda y el que en la actualidad la elige como destino vacacional (menor capacidad de consumo, más itinerante junto a temporadas y estadías mucho más cortas).
Se destacan los recursos naturales pero se denuncia indiferencia, deterioro y descuido del capital ambiental.
Existen esfuerzos individuales, sin posibilidad de realizar una construcción colectiva afín, ya sea por desconocimiento o indiferencia, y una ausencia de políticas públicas turísticas y culturales que tiendan a la coherencia, continuidad, desarrollo e inclusión social (especialmente de los jóvenes). No se determina si desde el Estado Local fue promovida en alguna oportunidad.
Se destaca que La Falda es un destino elegido para vivir por gente de las más diversas procedencias, incluyendo algunos de paso y otros que no alcanzan a satisfacer sus expectativas. Los presentes infirieron que ese sería un obstáculo para alcanzar un sentido de pertenencia. Sin embargo a la convocatoria asistieron muchas personas que se afincaron en La Falda recientemente.
Se destacan como fortalezas la naturaleza, el clima, el lugar geográfico como estratégico dentro del Corredor de Punilla, la historia, la estructura edilicia, la diversidad de la modalidad de alojamiento y otros servicios complementarios: salud, bancos, cloacas, etc., aunque se demuestra la necesidad de completar la obra de gas natural.
También los grupos artísticos, el recurso humano capacitado y las instituciones culturales aunque haciendo un esfuerzo aislado.
Como debilidades aparece el personal que tiene a su cargo la atención al turista, la falta de planificación a mediano y largo plazo, la carencia de acompañamiento del gobierno local ejecutivo/legislativo a las iniciativas privadas, no hay estructuración de la oferta ni recreación.
Las veredas en malas condiciones y el descontrol de la velocidad vehicular, especialmente en la Ruta Nacional 38, la señalización insuficiente, el desorden en el desarrollo turístico del Corredor y la alta tasa de desempleo.
Hay suciedad en las calles, no se evidencia una planificación urbana.
La existencia de apatía, conformismo y falta de compromiso.
Desvalorización de los espacios históricos y culturales, falta de identidad, pésima comunicación entre los actores locales, falta de difusión entre participantes del quehacer cultural, no hay articulación.
Existen lugares que son usados escasamente con fines culturales como los cines, confiterías, anfiteatro, etc.
El “rol de los herederos”, que no mantuvieron como propio los emprendimientos de los mayores, no hay participación en nuestra dirigencia, no se ofrecen al turista programas que incluyan una tradición local.
Tanto las propuestas culturales como las recreativas y deportivas ofrecidas al turista y al habitante, son consideradas insuficientes y las que existen no cuentan con el uso y la apropiación de la comunidad.
Se reclama la existencia de un ente turístico que regule, fiscalice y planifique el quehacer turístico.

Hubo una coincidencia sobre como se debe encarar la planificación de Políticas Públicas, tanto para Cultura como para Turismo, y es que, la misma requiere sí o sí, de la participación activa de y entre todas las instituciones, el gobierno municipal, los vecinos y técnicos capacitados. Partiendo del empoderamiento del habitante para identificarse como actor local, con objetivos claros que determinen un perfil de ciudad consensuado.
Como se expresó al momento del debate, “todos los hombres de buena voluntad”.

También hubo coincidencias plenas en que nuestra ciudad debe estar insertada en el Corredor Turístico de Punilla, aunque por el momento no lo ven como una realidad.
Esto facilitaría la eficiencia, la eficacia y efectividad del desarrollo de la micro región, en base a propuestas comunes y complementarias, dejando de lado egoísmos locales.

Fin del trabajo de campo

Para proveer al aprendizaje y a la búsqueda de instancias superadoras, deberíamos llegar a la conjunción entre los saberes prácticos, que nos brinda la experiencia cotidiana y los saberes académicos: Una sociedad que se formule metas de interés colectivo y despliegue los medios necesarios para alcanzarlas estará haciéndose cargo de su desarrollo local, proceso en el que todos estamos involucrados, pero en el que el Estado municipal es el principal responsable de su planificación y gestión. Para tal fin, será indispensable demostrar: Su capacidad técnica, es decir, qué proyecto de ciudad proponen y encaran, qué políticas ponen en marcha para concretarlo, qué programas ejecutan (económicos, sociales, educativos, de salud, etc.)
Su voluntad política, es decir, el grado de apertura (o negación) a la consulta participativa, su capacidad de generar procesos de diálogo y negociación colectiva, que apunten a la toma de decisiones consensuadas y construidas entre los diversos actores que interactúan en el territorio y que, por delegación, están administrando. Su calidad democrática, es decir, a la que hace referencia a cómo se gobierna, no sólo qué programas y qué ejes de trabajo se llevan a cabo sino de qué manera se hace, con qué valores, formas y mecanismos se toman las decisiones, se contratan los servicios, etc.

Llegamos así a la Política Pública que, partiendo de un análisis general, alude a un poder que tiene toda sociedad de manejar los asuntos públicos en la búsqueda de soluciones específicas a sus problemáticas. Algunos especialistas, como Eugenio Lahera Parada, la consideran “un flujo de información, en relación a un objetivo público, desarrollado por el sector público y consistente en orientaciones” .
Es decir, implica “procesos”, “decisiones”, “resultados” sin que ello excluya los conflictos entre intereses que se presentan en cada momento, las tensiones entre diferentes maneras de definir el problema, de organizarse para la acción, de valorar los resultados. Su análisis y diseño es un abanico de estrategias de acción corresponsables entre gobierno y sociedad.
La participación en las políticas públicas representa un modo de des-estatizar la sociedad y reconstruir el sentido público del Estado. Por lo tanto, gobernar de acuerdo a política pública significa incorporar la opinión, la participación, la corresponsabilidad, el dinero de los ciudadanos; es decir, supone gobernantes elegidos democráticamente, capaces de elaborar programas compatibles con el marco constitucional y que se sustancian con la participación intelectual y práctica de los ciudadanos.

La construcción de la Política Pública reclama trabajo en equipo, visión y estrategias conjuntas, democracia de deliberación, participación ciudadana, fortalecimiento de las capacidades de los funcionarios para abordar los problemas del desarrollo, rescate de los saberes populares y transparencia en la rendición de cuentas. Esto implica asumir una vocación política que deja atrás la etapa dominada por la provisión de servicios básicos.
La política municipal exige vocación de liderazgo y negociación, labor que debieran compartir los gobiernos locales y la sociedad civil organizada ya que el mercado no siempre estimula la convergencia de esfuerzos. La relación con los otros niveles de gobierno y la concertación público – privada integran la nueva agenda de gobierno.

Gobernar por políticas públicas significa el (re)descubrimiento del componente costos de la decisión pública y poner fin a los recursos públicos ilimitados.

Como vemos, las decisiones públicas son el resultado de diálogos, argumentos, transacciones, acuerdos accesibles y visibles, en los cuales los ciudadanos realizan sus libertades públicas de expresión, manifestación, reunión, opinión, asociación y prensa.

Las Políticas Públicas son un “proceso colectivo en permanente construcción”, donde se entremezclan los momentos de éxito con otros más amargos y difíciles de procesar. Lo bueno sería evitar la soledad del poder.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio