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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 13 de noviembre de 2015

La desarticulación del relato (Tercera Parte)

Por Alfredo Ferrarassi

La última parte de estas notas está destinada a La Falda, donde el relato cobra tal vez más importancia que en el resto del país, porque para poder sostener cierto discurso desde 1987 a la fecha se debe elaborar una historia que partiendo de ciertos acontecimientos verídicos permita terminar tergiversando aquella, ajustándola a ciertas necesidades políticas cargadas de egolatría y personalismos más propios de la primera mitad del siglo XX que del actual.
La visón desesperanzada del estado actual de las relaciones sociales en la Argentina y la intolerancia imperante, me impulsaron a extenderme más allá de lo previsto anteriormente, pero es necesario advertir, para no ser cómplice de lo que puede suceder si no se detiene el actual estado de resquebrajamiento del tejido de clases que existe y ese solapado enfrentamiento entre sectores que ya son irreconciliables y que es tan nefasto tanto desde la posición populista, como desde la conservadora y neoliberal de la derecha nacional.
En medio, quienes no somos de uno ni de otro, pero que por ser progresistas hemos quedado atrapados en esta disputa sin piedad y de la que no es posible ser ajeno, porque desgraciadamente alguno deberá ganar y padeceremos las políticas recesivas y devaluatorias de ambos, pero no queramos pensar lo que nos espera si quien triunfa es el porteñismo, porque ahí si nos esperarán días negros para el pueblo, para los que por nuestra posición filosófica renegamos de la vuelta a las recetas de Martínez de Hoz y Álvaro Alsogaray, porque más claro que las palabras de desprecio hacia la gente del interior de Prat Gray es imposible imaginar, así que para patria adentro solo nos quedará resistir y tratar de “pasar el invierno” como decía el ministro de todos los gobiernos dictatoriales, hoy revivido por los de la ciudad puerto, por la boa constrictora que tritura las economías regionales y las culturas provinciales.
Esa sensación de que nos tratan de vender un buzón y que no disimulan que lo hacen, con la total certidumbre que no les importa lo que podamos sentir, porque en realidad no les importamos un comino, porque somos un “efecto colateral” necesario para seguir perdurando en el tiempo, cosa que también sucede en nuestra ciudad.
Con mucha emoción había ido al acto de los veinticinco años del CENMA de La Falda, sitio donde pase los últimos años como docente. El acto fue emotivo, muy nostálgico en lo académico, pero se desmadró cuando se mezcló de manera sutil la política, cuando un ex funcionario, o por desconocimiento o por desmedida egolatría, nos condenó a escuchar sus catilinarias y fue injusto con muchísima gente, entonces por educación me quedé hasta el final del acto y no subí a buscar un recuerdo que legítimamente me correspondía y me marche dolido, en silencio porque de golpe me pareció estar reviviendo una película triste que antes había visto y que con los mismo personajes se repite unas décadas después.
Quiero aclarar algunas cosas, en primer lugar que no fueron a quienes se mencionó pioneros en la búsqueda de contar con un Bachillerato de Adultos, porque en 1977 con un puñado de docentes hicimos trámites para que la DINEA abriera un bachillerato en la ciudad. Los docentes eran Marta Defilpo, Decheco, María Isabel Díaz y algún otro que el tiempo ha hecho que olvidemos, o sea que el relato histórico que se está elaborando aquí es funcional al culto de ciertos personalismos y se falsea la verdad. Al menos una mención de esa “prehistoria”, creo, debió tener la ex Asociación Serrana de Hoteles que sería la encargada de celebrar el convenio y todos los involucrados, ya que la semilla de la educación del adulto nació allí.
Otra parte que dolió porque no se ajusta a la verdad es desconocer que si Madre Argentina existe, más allá de quien estuviera en el momento de su inauguración y esto lo chequeamos con los efectores de aquel entonces, es por la labor desinteresada de Hugo Capdevila y Mario Decara, quienes pusieron materiales, hombres y ganas porque se contara con el edificio, sin ellos el mismo hubiera sido imposible.
Y si el relato histórico fuese justo se debió también honrarlos y me importa un carajo (perdón por el término) los problemas internos partidarios, no son los de la historia, al menos los de esta historia, pueden que sean de los de un partido, pero mezclar las cosas es no solo injusto, sino no ser objetivos. Por ello es preocupante lo que está sucediendo con la historia a nivel local, dentro de un tiempo tendremos una falsificación total apañada con la supuesta validez de lo institucional.
Volvía cabizbajo cuando me encontré con un amigo y al verme acongojado, me pregunto qué pasaba, brevemente le conté, no dijo nada, al día siguiente me señalo que aquella discriminación que sufriera cuando se entregó en un acto emotivo en la Dante Alighieri un reconocimiento a quienes hicieron aportes a la cultura local fui excluido porque había vivido unos años en Valle Hermoso, aunque mi vida cultural siempre fue aquí, pero esa vara no se utilizó para otros que si fueron justicieramente reconocidos que eran de Huerta o de La Cumbre. Y concluyó mi amigo diciendo…”fíjate quienes lo firmaron, son los mismos que hoy siguen excluyendo gente”.
A los pocos días, me encontré con otro vecino que utilizaba Facebook para lanzar temas que sumaban adhesiones o con me gusta o con opiniones, generando una corriente visible del inconformismo que existe hacia ciertas política y acciones municipales.
Lo felicite por su brillante idea y porque era una manera de espontaneidad ciudadana de poder expresar sus desacuerdos. Y me dijo…”cuidado que a quienes no les gusta esto, tienen gente que está viendo permanentemente el “face” y por sobre todo los que ponen me gusta”. Pensé, confieso, que era una exageración y allí quedó la cosa.
Días después contestando desde Facebook a un amigo de La Falda, hoy vive en otro pueblo, ex preso político y lo resalto, puse que no había votado a ninguno de los dos, pero que por una cuestión de clases, el enemigo era la derecha y que Scioli debía, si era hábil, tratar de establecer un nuevo Contrato Social. De inmediato me respondieron y oh casualidad, son los mismos que lo hacían con aquel.
Me trataron de corrupto e incapaz, porque plantear la cuestión en términos de derechas e izquierdas era una mentira, como si la lucha de clases no estuviera más vigente que nunca en el mundo, y porque la cuestión se resumía a eso, a estar a favor de los altos, rubios y de ojos azules de los incontaminados prosistas o apoyar a la corrupción e ineptitud, entonces si rechazaba y rechazo a Macri soy todo aquello.
Allí me acorde de algo que había tratado de olvidar y que pensaba era algo aislado, pero cuando comencé a unir cabos vi que la situación es más profunda y alarmante que lo que podemos imaginar.
Cuando presenté un relevamiento y una propuesta, que resumida salió en Ecos de Punilla hace un tiempo sobre patrimonio histórico y conservación como expresión de conservar la memoria histórica y la participación del pueblo en un plan mayor, un alto miembro de la Junta Municipal de Historia me llamo por teléfono para que aceptara formar parte de una comisión sobre patrimonio creada y para así investigar que hacía el arquitecto Damián Olmos. A las pocas horas conteste por mail que no había estudiado y egresado de la Facultad de Filosofía para investigar personas y menos haría eso con quien considero un amigo. Que si eso me interesara hubiera seguido la carrera militar o policial y que declinaba semejante propuesta. Después me acercaron datos sobre una supuesta cercanía del invitante con una o ex mujer policía, con lo cual comprendí lo que estaba sucediendo en su real magnitud.
Porqué hago publico esto, porque es el único reaseguro que tengo de que se pare de ver que hago o digo y de tener la seguridad que nada me pasara a mí y a mi familia, porque si ello sucediera es fácil ver de donde pudo venir el hecho.
De más está decir que deje de hacer en Facebook comentarios sobre la realidad porque la metodología de espiar personas, aquella por la cual uno de los candidatos está procesado se instaló aquí y quien lanzaba incisivos comentarios y temas, hoy solo hace comentarios triviales y quien suscribe o despide amigos fallecidos o manda saludos de cumpleaños. En mi caso por otras vías hago comentarios por una cuestión de seguridad personal.
¿Es esta la democracia que nos prometen como nueva y diferente? No quiero pensar lo que será aquello que subyace oculto, una muestra de lo que nos espera si nos equivocamos en el voto!










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