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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

domingo, 16 de agosto de 2015

Se agravó la crisis interna del radicalismo de Huerta Grande

El titular no sorprende, solo precisa algo esperado, porque la dilación en determinar la fecha de elecciones en conocimiento de la existencia de varios candidatos, algunos con serias intenciones de no bajarse, anticipaba que en algún momento la situación estallaría. Y el que estalló fue el Intendente y Legislador electo Hugo Capdevila que ante el hecho de que no conseguía consenso pateó el tablero y les informó que se iría por afuera del partido con candidato propio.

La interna del radicalismo de Huerta Grande tuvo, en la última semana, un nuevo episodio que aparentemente agrava la situación interna. Se tuvo conocimiento de lo acontecido a través de la difusión de una grabación que se concretara en la última reunión de comité y que fuera puesta en conocimiento público a través del Programa Hablemos Claro. El material difundido expone la intención de arribar a consenso y generar una lista única, pero la intervención, escueta y contundente, del Intendente y Legislador electo Hugo Capdevila oponiéndose al tratamiento que se le estaba dando a la cuestión y manifestando que se iría por afuera del partido, con candidato que recibiría su respaldo, generó una instancia de controversia.

La reunión de comité

De acuerdo al material difundido, la intención de la reunión fue la de bajar los decibeles de la discusión interna, tan es así que se expresa que todos los candidatos son jóvenes y tienen posibilidades de postularse más adelante, repasándose las situaciones de Cosquin, Carlos Paz, Villa Giardino donde la falta de unidad ha provocado el declive electoral partidario, incluso se hizo mención a la interna anterior entre Capdevila y Cavanna y la relación que se mantuvo a posterioridad donde se dejo en claro que no fue ríspida sino hasta cordial. Precisamente, Lucrecia “Picky” Cavanna consideró que no era oportuno aliarse con el PRO, exponiendo que no se estaba en la misma condición ya que aquel tenía candidato y la UCR no, que “de plantearse la posibilidad había que instrumentar que se dejaran los espacios para incorporarlos tras la interna”, reiterando que “no consideraba que era el momento por la falta de resolución en el partido, no me gusta rifar el partido, porque este es un partido con historia, con gente, con estructura, el PRO no tiene estructura ni para cubrir 32 fiscales, en la última elección aportó tres fiscales y por mediodía”, precisó. “No estamos hablando con alguien que podamos hacerlo de igual a igual, nosotros somos la locomotora y los otros serán tren de cola”, concluyó.
Germán Corazza apuntó que siempre estuvo abierto a juntarse, a realizar una lista única, y refiriéndose al sector de Cavanna dijo que “de parte de ustedes nunca tuve ese consenso y se manifestaron por la interna”; a lo que Cavanna respondió que hacia unos quince días habían hablado del tema “quedamos en que me llamabas y nunca lo hiciste”, recibiendo como respuesta de parte de Corazza que “había consultado y le habían dicho que ella no se bajaría nunca”.
Cuando se les preguntó si se bajarían, ambos sostuvieron que sí, si había un mejor candidato; el problema inmediato fue determinar cómo se definía quién era el mejor candidato o el mejor posicionado, se planteó que era un buen momento para hablarlo, pero no se lo hizo.
El Presidente del Comité Sebastián Tasart intento conducir el dialogo y habló de la búsqueda de consenso, siendo interrumpido por Cavanna para consultarle si seguía siendo precandidato, a lo que recibió como respuesta que “sí, que si había una posibilidad de consenso estaba dispuesto a hablar, aunque esto solo en el caso de que todos participen, no cuando algunos dicen que si y después dicen que no”.
Fue el momento en que hizo uso de la palabra Hugo Capdevila, para decir “yo les digo algo y me voy…sin desmerecer a nadie, a esta conversación ya la he escuchado muchas veces, tengo candidato y me voy por afuera del partido, el que me quiera acompañar de ustedes bien, candidato apoyado por el Legislador y el intendente Capdevila”. Cuando se le preguntó qué candidato lleva, respondió que “No sé, no se me ocurre decirlo ahora, y me voy con un sello de afuera, quieren seguir ustedes con la lista 3, sigan con la lista 3 que así les va a ir. Estoy caliente, basta de agachadas, que me bajo, que no me bajo, sigan así y le voy a terminar dando un beso a Montoto…”.
Tras la partida de Capdevila, se planteó que la falta de fijación de la fecha de la elección los había llevado a esta situación, se discutió sobre las posibilidades de Matías Montoto y alguno sentenció “con lo que ha pasado acá, no lo saca más nadie” anticipando un triunfo del oponente con mayor trabajo electoral hasta el momento. Ese mismo, propuso una reunión de los precandidatos donde se plantearan las diferencias, “se digan lo que tienen para decirse, ven cómo están posicionados y cada cual elija donde estar, si le toca intendente, concejal o lo que sea”. A lo que se le respondió que eso ya se había dado, hacia unos cinco meses, y que no hubo resolución alguna “y ahora estamos en esto. Estamos retrocediendo” definió otro.
A continuación se trabajó sobre las fechas posibles hacia adelante, coincidiéndose que la fecha máxima de la elección general sería el 8 de noviembre y que en consecuencia si la interna debiese resolverse sesenta días antes, la fecha sería el 8 de setiembre, a escasos treinta días.
Finalmente, se volvió a plantear la discusión sobre las posibilidades electorales de Montoto, concluyéndose que, en definitiva, quien lo estaba posicionando era el propio radicalismo, para pasar a interrogarse sobre cuál era el elemento de consenso que podría llegarlos a unir, tema que no quedó resuelto, al menos en lo difundido.

De acuerdo con las expresiones volcadas en esa ocasión, lo que puede entreverse es que los dos sectores con mayor interés en discutir candidaturas son los liderados por Cavanna y Corazza, aunque hay quienes manifiestan que Omar Ariza también estaría dispuesto a no dejarse arrastrar por la marea del consenso. En este último caso, los observadores manifiestan que Ariza tiene un piso electoral alto, pero que su techo sería bajo en relación al resto en la competencia electoral y que sus posibilidades se amplían en la medida que la interna tuviese varios competidores. Por otra parte, tras el portazo de Capdevila hay quienes rumoreaban que éste habría hecho algún acercamiento con el PRO e incluso predecían la posibilidad que uno de los hijos del Intendente terminase apareciendo como candidato privilegiado.



Cuestión de estrategias

A esta altura de los acontecimientos, a nadie extraña que la situación del radicalismo de Huerta Grande entre en ebullición. Esto, a primer análisis, porque aparece como evidente que no hubo una estrategia partidaria para determinar, tras extensos veinte años de gobierno de fuerte liderazgo, la sucesión de Hugo Alfonso Capdevila. Puede que haya una estrategia, pero ésta aparece como difusa y ello porque solo habitaría en la mente de quien debe ser sucedido, lo que tampoco podría extrañar porque sabemos nos encontramos ante un viejo zorro de la política, lo que es el Intendente y Legislador electo.
Claro que al mejor cazador se le escapa una liebre, y en este caso es de advertir que el hecho de tomar la decisión de convocar a elecciones con los tiempos prácticamente agotados, puede devenir en la atomización partidaria y en el correr riesgos electorales no deseados.
A lo que hay que agregar algo que ya no tiene remedio y es que en el ínterin el “cambio” planteado desde el mismo oficialismo ha encontrado referente en un joven opositor, entusiasta y ejecutivo, que desde hace casi dos años viene exponiendo sus intenciones de llegar al gobierno de la localidad y es el único que en realidad está en campaña. Lo que deviene en que sea también quien está manejando, casi a su antojo, la estrategia electoral.
Los precandidatos del radicalismo, a pesar de la falta de definición interna, han venido construyendo sus propios espacios, proyectos y equipos, y están en condiciones de lanzarse al ruedo en cualquier momento, aunque, es lógico considerarlo, se sientan molestos por la dilación a la que se ven sometidos.
De todas maneras, los observadores intuyen que de los seis o siete precandidatos iniciales, en estas instancias solo dos o tres estarían dispuestos a confrontar en una elección interna, lo que sigue siendo un obstáculo para la decisión o capricho, llámele como quiera, de tener el listado de consenso que persigue Capdevila, y es por eso que parece haber puesto toda la carne en el asador cuando planteó el irse por afuera con candidato propio. Ahí ejerció su mayor presión, lo toman o lo dejan, el problema es que parece que nadie se tomó la cosa a la tremenda y cada uno siguió imperturbable y convencido del rumbo que le ha dado a lo propio.
Si rememoramos, puede decirse que el radicalismo históricamente ha acudido a la interna para elegir a sus candidatos, incluso en la mayoría de esas ocasiones se ha visto fortalecido tras el paso por las urnas. Por eso, es de sugerir que parecería es tiempo de dejar hacer, para no cargar con culpas y reproches innecesarios y para que nadie pueda refrendar aquello de que la política es el arte de posponer una decisión hasta que no es relevante.

N.H.

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