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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

lunes, 1 de agosto de 2011

Crisis en el radicalismo de Villa Giardino

Fuerte tenor crítico en la respuesta del sector que lidera Marcelo Farri para la declaración emitida por el Comité de Circuito

Si bien la respuesta mantiene que se llame a la reflexión a los afiliados que se pronunciaron en asamblea del Comité de Circuito, no es menos cierto que el contenido crítico de la misma puede profundizar el cisma y atentar contra la habitual cohesión que el radicalismo presentó en el seno del Poder Legislativo y Tribunal de Cuentas.

Como era de esperarse, sobre el cierre de la presente edición, ingresó la nota respuesta al Comité de Circuito de Villa Giardino de parte del sector liderado por Marcelo Farri. Tal como lo hiciéramos con la emitida por el comité, en nuestra anterior edición, pasamos a publicarla en todo su contenido, la misma sostiene “Al Presidente del Comité DE LA UNION CIVICA RADICAL de Villa Giardino Sr. Horacio García y por su intermedio a las siguientes personas:
Abratte Roberto, Abrate Paula, Abratte Andrea, Ratti Cristina, Ochoa Isabel, Turina Elda, Molinari Graciela, Leonardi Rino, Ponce Sandra, Szeibert Bernardo, Camarca Flavia, Burgos Carlos, Polzoni José, García Horacio, Molinari Eduardo, Camarca Leonardo, Yanse Pedro, Yanse Eumelia, Ríos Azucena, Aráoz Claudio, Aráoz Magali, Aráoz Agustín, Aráoz Omar, Aráoz Irene Sabadin de, Sigüenza Mario, Sigüenza Lola Vicente de, Medina Héctor, Muñoz María, Frías Marta, Nimo Héctor, Nimo Laura Marcelino de, Rotter Karina, Fioramonti Máximo, Núñez María Eugenia, Salguero Juan Carlos, Prado José, Consigli Inés, Mori José, Oliva Juan José, García Ivana, Ferreyra Omar, Ruiz Nora, Stragliotto Cristina, Gil Liliana, Casanova Antonio y Ochoa Juan José
De nuestra mayor consideración: En respuesta a la nota de fecha 8 de julio de 2011, los abajo firmantes, no podemos hacer otra cosa que rechazar los términos vertidos en la misma, y que se habrían desprendido de la supuesta Asamblea partidaria del 07/07/2011, por ser absolutamente improcedentes y carentes de todo sustento fáctico y legal.
Nosotros hemos sido elegidos candidatos mediante el procedimiento de internas abiertas para trabajar por el bien común de toda Villa Giardino, dejando de lado cualquier rasgo de interés personal; y menos aún utilizando el partido para ese fin. Todos los ciudadanos debemos ser respetuosos de la voluntad del electorado con la única intención del crecimiento de nuestro pueblo, es por ello que vamos a trabajar para construir consensos, a pesar que algunos crean que el camino del poder se transita de otra manera.
Jamás hemos transgredido norma ética, ni moral y menos aún electoral, que no nos haga “dignos” de desempeñar los cargos para los cuales fuimos elegidos por el ciudadano de Villa Giardino. Muy por el contrario, esto hace nacer un mayor compromiso en directa relación con la voluntad de quienes nos votaron el pasado 26 de junio, y es precisamente esa decisión la que debe ser respetada, porque ese es el pilar de una auténtica democracia, donde el voto del pueblo es soberano.
Las argumentaciones de los firmantes desvalorizan y desvirtúan el significado del voto como expresión concreta de la voluntad popular, que considera y tiene primordialmente en cuenta las cualidades de los candidatos electos y no se limita a manifestar su preferencia por una mera lista de personas intercambiables. Este pensamiento soberbio y mezquino de unos pocos, solo busca acrecentar la cuota de poder, descartando la posibilidad de generar espacios de diálogo, donde los acuerdos arribados sean verdaderamente por consenso.
Las expresiones vertidas en la nota, exponen una concepción degradada y peyorativa del sistema democrático; del voto ciudadano en que se sustenta. Están en las antípodas de su valoración como expresión consciente y decidida de una voluntad política responsable que se interesa por el bien común. Esas manifestaciones resultan un menoscabo a los derechos del ciudadano, resultando también un desatino jurídico.
Quienes firman la nota, no advierten o no quieren reconocer que la satisfacción de la vindicta personal, es una “sin razón” que violenta principios y valores constitucionales superiores y atropella la garantía del respeto a la dignidad de la persona del elector que ha expresado su voluntad; y lo que es más grave aún, es que entre los firmantes figuran Concejales en función y electos, funcionarios actuales, empleados municipales y el Intendente en función y electo.
Las cuestiones de partidocracia y rencores absurdos deben dejarse de lado. Sería una inexcusable torpeza no entenderlo así, ya que estaríamos respaldando la impunidad de quienes accionan desde un avasallante verticalismo; conductas que no se condicen en absoluto con la profesión de fe doctrinaria de la U.C.R., que resulta el crédito político filosófico que orienta e inspira la ideología y la conducta de sus integrantes.
La primera conclusión a la que podríamos arribar es que “no saben lo que hacen”, ya que el pedido de renuncia exigido a concejales y tribuno de cuentas electos, no es otra cosa que un EXCESO DE AUTORITARISMO PARTIDARIO, porque en estricta conformidad con los principios republicanos consagrados por los arts. 1, 22, 33, 45 y concordantes de la Constitución Nacional, debe primar la soberanía del pueblo para elegir a sus representantes.
Ningún poder del Estado, ni grupo de personas, puede desconocer o sobreponerse a la voluntad popular ejercitada por medio del voto para impedir que quien ha sido electo asuma la función y cumpla con el mandato conferido, menos aún, cuando es solo la voluntad de unos pocos –integrantes de un partido político centenario- los que desean mantener ese poder. Los ciudadanos de nuestra localidad no son merecedores de actitudes de esta índole.
Se ha cumplido un proceso interno electoral y una elección general en la cual nuestros nombres han contribuido al triunfo obtenido, por lo que mal puede pretenderse cambiar el camino que en conjunto con la ciudadanía elegimos recorrer.
Es del caso, que existió una instancia preliminar a la elección cumplida ante la Justicia Electoral, en el que se ha verificado la legalidad de las candidaturas; y la nuestra no fue impugnada, quedando por ello consentida por el partido y los demás partidos políticos, organizaciones sociales y ciudadanos que tenían derecho a objetarla.
Así es que nuestro sistema electoral, garantiza la depuración de las listas y la exclusión de quienes resultan con inhabilidades o son pasibles de tachas de cualquier índole, dejando expedita la posibilidad legal de que el voto de la ciudadanía decida si merece o no ser electo.
Pero aún cuando esa verificación previa de “legalidad de las candidaturas” no fuera tan específica, o no existiera, la voluntad popular expresada en el voto no podría tampoco ser desconocida sin menoscabo del principio de la soberanía popular y del respeto irrestricto al que están obligados a prestarle los poderes constituidos, los partidos políticos y todos los ciudadanos, conforme lo dispuesto por las normas constitucionales citadas.
La representación del pueblo de Villa Giardino compete a los ciudadanos electos, por lo que debe evitarse la partidocracia; caso contrario, sería el fin de nuestro sistema democrático.
Pedimos por tal sentido al señor Presidente del Comité de Villa Giardino, haga reflexionar a las autoridades del partido de circuito y a las autoridades electas y en ejercicio, porque es la única forma que marchemos hacia un objetivo común”.

El documento lleva la firma de Marcelo Farri, Nuria Deu Pérez, Laura Abratte, Silvia Bujan, Marcelo Amuchástegui, Cristina Arruk y Roque Rosales.


A gobernar, que para eso han sido electos

La crisis que se ha presentado en el radicalismo de Villa Giardino no puede decirse que sorprenda. Lo que tal vez sorprende es que se haya echo pública a través de los documentos publicados. Las diferencias eran un secreto a voces que pululaba por todos los ámbitos, tanto políticos como ciudadanos. Hubo criterios y actitudes de ambas partes que conducían a una inevitable discusión, lo que no se esperaba era que trascendiera, que superara el ámbito de discusión partidaria. Pero, tal como lo ha sostenido reiteradamente el reelecto intendente Juan José Ochoa, las internas partidarias no son generadas sólo por quienes lideran los núcleos, sino también por el grupo que los conforma y que exige de manifestarse. Por ahí parece pasar la manifestación del Comité de Circuito, que integra mayoritariamente el núcleo oficialista y que se vio impactado, horas antes de la elección del 26 de junio, por la información de que la esposa de Marcelo Farri integraba la lista de candidatos a legisladores del Frente Cívico y que todo hacia presumir que algunos integrantes de ese sector habían trabajado para apuntalar esa candidatura y por consiguiente la del candidato a intendente por ese frente, porque si bien había otras cuestiones las mismas habían sido minimizadas para evitar una confrontación innecesaria ante lo inmediato del acto electoral. No obstante, una buena parte del sector oficialista se sentía traicionado y es evidente que el triunfo electoral no alcanzó a calmar los ánimos y se llegó al documento donde se pide la renuncia de los candidatos electos del núcleo de Farri. No se puede creer que quienes tienen experiencia política piensen que la exposición pública de una desavenencia partidaria provoque la renuncia de candidatos electos, sobran los ejemplos, en todo nivel, que manifiestan lo contrario. Si, puede colegirse, que de no lograrse superar la cuestión, a futuro puedan generarse acciones, como una posible revocatoria, pero para ello habrá que esperar los tiempos que la legislación determina a tal efecto. De manera tal que estas expresiones pueden sólo servir como antecedente para una instrumentación como la señalada, y sólo para eso.
El fin de la movida puede inscribírselo en ese marco, porque, en realidad, no se puede probar fehacientemente que el núcleo de Farri haya afectado los intereses electorales del radicalismo, ya que si comparamos la cantidad de asistentes a la elección interna que determinó la candidatura de Juan José Ochoa que fue de 1.332 y el resultado electoral que le dio la reelección de 1.369, se obtiene una diferencia de 37 en más, lo que reduce esa afirmación a una conjetura.
Pero, más allá de toda diferencia que se pueda establecer con los contenidos de ambos documentos, lo que debería primar, ya expuestos los ánimos, es el diálogo, lo que devendrá en beneficio del partido, que no puede, ni debe, buscar la estructuración de bloques diferenciados, de la gestión de gobierno, que no puede, ni debe, estar sujeta a esta confrontación estéril, y sobre todo a los vecinos que saben que la localidad se encuentra en un momento de franco crecimiento que no puede ser obstaculizado por un cisma partidario inconducente.
Es de esperar que la lucidez y madurez de los dirigentes, que sabemos la tienen, desechen la agresividad militante momentánea y la conviertan en prodiga e impetuosa labor de gobierno para beneplácito de Villa Giardino y la región.

N.H.

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