Las mismas causas, los mismos actores y el problema subsiste
Por acción u omisión, siempre interviene la mano del hombre en la generación de los gravísimos incendios que se desatan en la región y en todo el ámbito provincial. No se hace necesaria la estadística para afirmar que las pérdidas de vidas humanas, en la mayoría de los casos de esos abnegados seres que son los bomberos, bienes, explotaciones comerciales y capital natural, belleza de la que vivimos en esta zona, son cuantiosas, tras cada siniestro. No se puede ponderar el daño ecológico que se genera cuando las llamas arrasan, pero si sabemos que todo el sistema se ve afectado y que uno de las principales deterioros los sufren las fuentes de agua, recurso del que cada vez estamos más escasos. Tampoco será necesario precisar que el Estado, ciudadanos y gobierno, es consciente de que deben evitarse y para ello se ha producido una amplia legislación, que no tan sólo está destinada a prevenir y concientizar sino también a sancionar. Pero, siempre hay un pero, precisamente son los hombres que gobiernan y legislan, los que de una manera u otra, no cumplen con lo normado y tienen otras prioridades a la hora de destinar los recursos económicos necesarios o la voluntad de decisión exigida para eliminar uno de los factores que mayores siniestros ha provocado, nos referimos a los basurales a cielo abierto que siguen instalados en la región. Baste como ejemplo, que el incendio que ha arrasado con uno de los sectores de mayor belleza natural de la región, La Cumbre, Los Cocos, San Esteban, en los últimos días, nuevamente se ha generado en el basural de la localidad de Los Cocos. Digo nuevamente, porque precisamente a fines de setiembre de 2006 se producía en ese basural un siniestro de similares características y que llevará a la detención, en aplicación de la ley en la que definía que esa acumulación de residuos debía haber sido erradicada, del Intendente Javier Resille Reyes, “como presunto autor de incendios reiterados, abuso de autoridad con concurso real y desobediencia a la autoridad, después que vecinos denunciaron que el incendio que arrasó con unas 7.000 hectáreas de pastizales y flora autóctona había comenzado en el basural municipal”. La detención en la Comisaría de La Cumbre duró apenas horas, nunca se supo que causa determino su liberación, posiblemente el responder al mismo palo político que el gobernador ayudara, o que la presentación de la abogada Miriam Capone fuera impecable. También es de recordar que con origen en el basural de La Falda se había producido un incendio que dejo tierra arrasada en Pampa de Olaen y del que se hizo responsable a tres inocentes vecinos que felizmente fueron sobreseídos por la autoridad judicial, aunque aún desconocemos el resultado de las causas judiciales que en contra del municipio presentaron explotadores ganaderos de la zona. Esos incendios provocaron la reacción del por entonces Gobernador José Manuel De La Sota pidiendo penas de hasta 10 años para los responsables de iniciar los focos y la aparición del impuesto al fuego que todos pagamos en nuestras boletas de EPEC, lo que ha permitido mejorar la capacidad de prevención de los cuarteles de bomberos, pero que a pesar de ser una masa considerable de dinero no ha logrado la desaparición de los basurales a cielo abierto, a excepción del de La Falda. Ahora, cuando el hecho desgraciado nos pone nuevamente ante la irresponsabilidad del gobierno, municipal y provincial, se sale impetuosamente a difundir que se invertirán millones de pesos en la construcción de vertederos en Punilla, pero que mientras tanto, las localidades de Cosquin a Capilla del Monte depositen sus residuos en el Vertedero de Cruz del Eje. Parece una humorada, porque ese depósito se concluyó hace alrededor de dos años, y por causas no determinadas, algunos las sindicaron a caprichos de la autoridad municipal de Cruz del Eje, otros a la imposibilidad de sostener económicamente el tratamiento por parte de los municipios intervinientes y otros a cuestiones técnicas, no se pudo utilizar. Cualquiera hubiese sido la causa, son precisamente los gobernadores quienes deben intervenir para obtener la solución, pero pasivamente esperan que el siniestro se produzca para recién salir al cruce del hecho consumado, cuando ya nada queda por hacer, sino lamentarse. Lo trágico de todo esto, es que la mayoría de los actores políticos son los mismos. Los mismos que mostraron su preocupación y hasta se malquistaron con la Justicia por la decisión de meter preso a Resille Reyes. Son los mismos, o casi los mismos, Intendentes que firmaron una solicitada a favor de aquel Intendente de Los Cocos y es ahora el Ministro Carlos Caserio el que pedía, hasta un día antes, aplicar cárcel a quienes provoquen incendios y que luego bajara los decibeles cuando la responsabilidad recayó sobre una institución oficial.
Las mismas causas, los mismos actores, el problema subsiste, y los ciudadanos ponen la plata para sufrir las consecuencias del fuego y la incapacidad e inoperancia de sus representantes.
N.H.
Las mismas causas, los mismos actores, el problema subsiste, y los ciudadanos ponen la plata para sufrir las consecuencias del fuego y la incapacidad e inoperancia de sus representantes.
N.H.
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