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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 7 de abril de 2011

Mediante arteros mecanismos el oficialismo impide a los concejales de la oposición expresar libremente su voluntad a través del voto

Luis Kessler solicitó que no le incluyan el aumento en la liquidación de la dieta correspondiente al mes de marzo

En la última sesión del Concejo Deliberante faldense se aprobó el incremento acordado con los trabajadores municipales y también el que se asignó a los funcionarios, que fue en consonancia con lo aumentado a los empleados del 10%. Más allá de la discusión que se planteó en el seno del Poder Legislativo, una nueva chicana urdida por el oficialismo, que incluyó en un solo artículo los incrementos para ambas partes, de manera que si no se aprobaba el aumento a los funcionarios, tampoco se lo hacia con el que correspondía a los empleados. Es decir, que el oficialismo ganaba arteramente en los dos extremos del debate, si se aprobaba los funcionarios tenían aumento, si no se aprobaba tendría un infantil argumento, pero razón al fin, de decir que los empleados no podrían cobrar el incremento porque la oposición lo había impedido. Un infantilismo absoluto, pero que suma a está triste concepción de la política que vivimos, la de creerse, en el colmo de la ridiculez, que son los políticos más picaros, cuando sólo están mostrando la hilacha en el momento menos oportuno.
Pero, dejando de lado la faz tragicómica del circo, pasemos a los fundamentos serios e informemos que en virtud de lo sucedido, el Concejal Luis Kessler elevó una nota al intendente Marcos Sestopal solicitándole que no aplique el incremento a su dieta del mes de marzo. La que detalla que “En la sesión ordinaria de la víspera (31/03/2011) el Concejo Deliberante aprobó, con la oposición de nuestro bloque, una ordenanza por la cual se autorizaba un aumento de haberes al personal de planta permanente y contratados, disponiendo en el mismo incrementar las remuneraciones del Intendente, viceintendente, concejales y de todo el plantel de funcionarios políticos.
En primer lugar debemos destacar que pese a nuestra enfática petición, los concejales oficialistas, salvo Rudolf Lescano, no permitieron separar en dos artículos ambas disposiciones sin dar fundamento alguno para ello.
A consecuencia de esa actitud nos obligaron a votar por la negativa ambas disposiciones, contrariando así nuestra voluntad de aprobar el aumento a los empleados y rechazar el de los funcionarios.
Si bien no estamos de acuerdo con ese incremento a nuestras remuneraciones, reconozco su legalidad en los términos del art. 51 de la Carta Orgánica Municipal, pero lo que considero ilegal es que se haya establecido retroactivamente desde el 1 de marzo del corriente año, lo que importa aumentarnos el sueldo por un período ya fenecido. (art. 3 del Cód. Civil).
La Municipalidad como empleador puede incrementar retroactivamente el sueldo de los empleados, pero es un abuso inconcebible que los funcionarios se autoasignen un aumento para un período cumplido, durante el cual dicho sueldo se ha devengado conforme a la normativa vigente al tiempo en que se realizaron las tareas.
Por todo lo expuesto le solicito:
Que en la liquidación de mis haberes correspondiente al mes de marzo de 2011 no se incluya el aumento retroactivo aprobado en la referida ordenanza, renunciando al mismo por considerar que no me corresponde”.


Mediante arteros mecanismos el oficialismo impide a los concejales de la oposición expresar libremente su voluntad a través del voto

El auspicioso aumento de las remuneraciones de los empleados municipales de planta permanente y contratados, tuvo su contrapartida en la sesión del Consejo Deliberante del último jueves 31 de marzo, cuando ingresó un proyecto de ordenanza enviado por el Intendente mediante el cual se aumenta en igual proporción que a los empleados (al menos en la primera cuota) el sueldo suyo y el de todos los funcionarios de la planta política.
Esta medida merece el siguiente análisis.
En primer lugar destacar el aprovechamiento que hace el Sr. Intendente de una esforzada gestión gremial, obteniendo a su favor el mayor beneficio por esa gestión, dado que por tener el mayor sueldo de todo el personal es quien recibe el mayor aumento.
En segundo término, señalar que esa autoasignación de un incremento en los haberes de los funcionarios políticos se estableció retroactivamente a partir del 1º de marzo. De ese modo el aumento se dispone cuando las tareas de los funcionarios ya se habían cumplido, por lo cual la remuneración correspondiente a ellas debe regirse por la norma vigente hasta ese momento.
Finalmente, resulta sumamente significativo el deplorable método utilizado en el Concejo Deliberante para la aprobación de la ordenanza en cuestión. El proyecto consta de un solo artículo en el que además de aprobar el aumento para los empleados que surge del acuerdo salarial, dispone un incremento en igual proporción para el intendente y demás funcionarios políticos.
Siguiendo las pautas de la legalidad y la lógica, nuestro bloque solicitó que dicho proyecto se desdoblara en dos artículos, teniendo en cuenta que se resolvían dos cuestiones de naturaleza totalmente distinta y era nuestra intención votar a favor el aumento al personal y en contra el aumento a los funcionarios.
En incalificable actitud los concejales oficialistas, con la excepción de Lescano, se opusieron a esa moción con el aporte de la reconocida sumisión del viceintendente Mendieta que desempató en el sentido de mantener unificadas las dos disposiciones.
De este modo nos abolieron el inalienable derecho a votar libremente conforme a nuestra voluntad. Al no permitir la separación de los aumentos a los empleados y a los funcionarios, fuimos obligados a votar por el rechazo de ambos, dado que no podíamos votar forzadamente un incremento para los funcionarios, que no compartimos y que es ilegal en cuanto a la retroactividad.
Queda a la vista el malicioso sistema empleado para torcer nuestra voluntad en el voto. Esa metodología inserta en la campaña electoral del oficialismo para hacer creer engañosamente a los empleados municipales que el bloque de la oposición se opone al aumento de sus salarios, es la más contundente demostración de que el autoritarismo del gobierno llega a extremos imprevisibles a la vez que exalta la patética degradación de su calidad institucional.
Luis A. Kessler

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